- El primer beneficio consiste en la tonificación de la pierna de apoyo (en la imagen la izquierda). El peso ha de recaer algo más en el talón que en la puntera para no forzar la rodilla; esto hará que se activen el cuádriceps y el glúteo mayor de ese lado.
- El segundo es el estiramiento de toda la parte posterior de la pierna contraria (la derecha en la imagen), que al extender la rodilla y flexionar el tobillo aporta flexibilidad a los músculos de esta zona (isquiotibiales y gemelos, principalmente).
- El tercer beneficio es el estiramiento del hombro y del brazo que se apoya en el palo (en la imagen el derecho). Al relajar la escápula, se da flexibilidad a toda la zona mejorando la movilidad de esta articulación. Si el hombro molesta, se puede agarrar el palo más abajo, o si el apoyo es en una pared, se puede modular mejor la posición de la mano para ajustar su altura.
- El cuarto beneficio se basa en el apoyo que realiza la otra mano (izquierda en la imagen) sobre el muslo. La presión que ejerce induce una mayor elongación a los tendones de la rodilla pero, además, si mantenemos el hombro separado del cuello y la axila abierta, tonificamos los músculos del brazo (tríceps y pectoral, principalmente) dando estabilidad y fuerza al hombro.
- El quinto beneficio es el enderezamiento de la columna vertebral gracias al estiramiento del brazo. La espalda se relaja y permite ir recuperado una posición erguida más alineada verticalmente, compensando los encorvamientos inducidos por las malas postura.
Para más información sobre este ejercicio, puedes contactar conmigo a través de: centroeltai@gmail.com
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