No culpes al Taichí de tu dolor de rodilla

La práctica del Taichí implica pasar mucho tiempo con las rodillas flexionadas para mantener activos los músculos de las piernas (cuádriceps), y fomentar así un trabajo vascular constante. Pero quiénes tienen las rodillas delicadas por lesiones, desgaste o desviación de la rótula, suelen quejarse del dolor que les provoca mantener esta posición de flexión.

Que las rodillas sean más sensibles de lo normal, puede ser útil en la medida en que estas articulaciones se convierten en un "chivato" que indica cuando se está cargando el peso inadecuadamente sobre ellas. Y aunque sea algo incómodo, estas molestias son unos buenos evaluadores para corregir la postura.

Existen muchos factores que pueden provocar dolores en la rodilla, debido a un manejo inadecuado de las mismas. Pero los más relevantes son los tres siguientes:

1. Un mala alineación en la flexión:

La rodilla, desde un punto de vista biomecánico, está diseñada para flexionar como una bisagra de manera simultánea con el tobillo. Ambas articulaciones posibilitan el gesto de agacharse, amortiguar el peso al saltar o correr y estabilizar la posición. Pero si la flexión de rodilla no se alinea con el pie, se va desviando progresivamente la rótula, se comprime más un menisco que otro (habitualmente el interno) y se sobre-estiran los ligamentos laterales. En esta imagen, extraída de la página https://www.taichi.ca/, podemos apreciar el uso adecuado e inadecuado de la rodilla en flexión.

Cada posición de la rutina que estemos practicando, e independientemente del estilo de Taichí al que pertenezca, ha de prestar especial atención a esta alineación, sobre todo si las rodillas tienen algún tipo de patología.

2. Un exceso de flexión:

Si la rodilla sobrepasa la vertical de la punta del pie, es probable que el tendón rotuliano genere molestias. En realidad, más que fijarse en si la rodilla se adelanta al pie, lo que conviene atender es si el peso cae más en la puntera que en el talón. Pues es esta pisada anteriorizada la que fuerza la rodilla al desplazar el fémur más hacia delante de lo que debería, creando una carga excesiva en el tendón. Esto es especialmente relevante en aquellas posiciones en las que se baja mucho, como en "la serpiente al fondo del mar", donde el riesgo de cargar el peso en la punta del pie es elevado.

"serpiente al fondo del mar"
"Serpiente al fondo del mar"

3. La sobre extensión de la rodilla:

Muchas personas se paran de pie y mantienen una postura erguida con las rodillas totalmente extendidas, bloqueando hacia atrás estas articulaciones. Esta tendencia puede tener una causa genética, pero a menudo es un hábito que se adquiere en la infancia o adolescencia, y que se puede arrastrar toda la vida.

Este gesto se realiza porque, de esta manera, el esfuerzo de los músculos es mínimo, ya que la estructura corporal se sujeta por el bloqueo de las rodillas y la fuerza del ligamento cruzado anterior. Pero el ligamento, como tejido blando que es, tiende a estirarse y las piernas tienden también a curvarse cada vez más hacia atrás. De hecho, a esta alteración se la conoce como "genu recurvatum".

Para corregirlo, es necesario aprender a estar de pie con una ligera flexión de rodilla, que obligue a trabajar a los cuádriceps, y que permite canalizar el peso hacia abajo, de manera que ligamento no sufra esta progresiva deformación.

Si bien, estos tres aspectos no son los únicos que pueden generar molestias en las rodillas, sí son los más habituales, y prestarles atención puede enseñarnos a aliviar esas dolencias que, aún no siendo graves, pueden limitar nuestra movilidad y también impedir un caminar libre y fluido.

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