un empuje es mucho más que un empuje...

Un empuje aporta mucha más información que la relativa a la fuerza y dirección del mismo. Si algún desconocido nos empuja por la calle, lo más relevante no es la intensidad del empuje, sino otros factores relacionados con la apariencia de la persona que lo realiza, la expresión de su cara o quiénes le acompañen.

En función de ese tipo de elementos, la percepción del empuje que hemos recibido varía, así como la interpretación que hacemos de este. No es igual que nos empuje un niño, una mujer menuda o un hombre de mayor altura que nosotros y con músculos más desarrollados. Aunque la fuerza sea la misma, y la sensación física también, el proceso mental será totalmente diferente.

Por tanto, no reaccionamos a un componente físico objetivo, reaccionamos a múltiples elementos subjetivos de alta carga emocional. Por eso, la práctica requiere un exhaustivo entrenamiento psíquico, que nos haga ser conscientes no sólo de las tensiones que creamos en nuestro cuerpo, sino también de las que creamos en nuestra mente.

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